La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. A veces, las personas experimentamos una importante perturbación en este funcionamiento mental.
Puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran nuestra capacidad de funcionamiento.
Un trastorno de salud mental puede afectar tu capacidad para lo siguiente:
-Mantener relaciones personales o familiares.
-Funcionar en entornos sociales.
-Desempeñarte en el trabajo o en la escuela.
-Aprender a un nivel acorde a tu edad e inteligencia.
-Participar en otras actividades importantes.
Las normas culturales y las expectativas sociales también desempeñan un papel en la definición de los trastornos de salud mental.
No existe una medida estándar en todas las culturas para determinar si un comportamiento es normal ni cuándo se vuelve perturbador. Lo que puede ser normal en una sociedad puede ser motivo de preocupación en otra.
¿Cuándo se necesita una evaluación o tratamiento?
Cada afección de salud mental tiene sus propios signos y síntomas. Pero, en general, puede ser necesaria la ayuda profesional si tienes:
-Cambios en la alimentación y en los horarios de sueño
-Incapacidad para afrontar los problemas o las actividades de la vida diaria
-Sensación de desconexión o retiro de las actividades normales
-Pensamientos inusuales o «mágicos»
Lo esencial es no minimizar, mucho menos ignorar las señales para hacer de cuenta que no pasa nada y buscar ayuda ante la duda.
La Mente se puede entrenar tanto como el cuerpo, hay que perder el miedo a los cambios y a pedir ayuda, la clave es tomar Conciencia de la situación y hacer algo al respecto.